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Ósmosis inversa
La ósmosis inversa es una tecnología de membrana que permite eliminar la salinidad del agua. Se basa en un proceso de difusión a través de una membrana semipermeable que facilita el paso de gases disueltos y moléculas sin carga electroestática de bajo peso molecular.
Es el sistema indicado para la producción de agua pura con un bajo contenido en sales, libre de virus y contaminantes químicos. Se emplean membranas de ósmosis, cuya configuración varía en función de la naturaleza del agua a tratar.
Aplicaciones
Producción de agua pura en los principales sectores productivos: la industria química, alimentaria, energética, electrónica, entre otros.
Tratamiento de vertidos salinos en los que se quiere eliminar su conductividad
Para la desalación de agua de mar
Posibilita la reducción del consumo de agua gracias a su regeneración y reutilización.
Ventajas
Son sistemas respetuosos con el medio ambiente
Requieren de una cantidad mínima de energía
Ocupan un espacio menor que otros sistemas de tratamiento de aguas
Son totalmente automatizados
¿Cómo funciona la ósmosis inversa?
La ósmosis es un fenómeno en el que las moléculas se mueven pasando a través de una membrana semi permeable porosa, de una región de menor concentración a otra de mayor concentración, siendo el objetivo de la membrana el igualar las concentraciones de ambos lados. Esta afluencia de partículas hacia la zona de menor concentración es conocida como presión osmótica.
En la ósmosis inversa se usa una presión superior a la presión osmótica, consiguiendo un efecto contrario. Cuanto mayor sea la presión aplicada, el flujo de permeado aumenta de forma proporcional. Los factores que afectan al proceso de filtración por la membrana son:
- La calidad del agua de entrada
- Los parámetros de operación de la planta (presión y grado de conversión).
- Polarización de la concentración.
Todo esto puede ocasionar que se produzca el biofouling (o ensuciamiento de membrana), la incrustación de sales en la misma o incluso su degradación.